«La filosofía en el tocador» El Marqués de Sade

La filosofía en el tocador

Tenía muchísimas expectativas en cuanto a este libro «La filosofía en el tocador», no sólo por el libro, sino también por su autor. He leído y escuchado muchas cosas sobre ellos y tenía que leer algo suyo. No sé si habré comenzado por el libro correcto, pero este ha sido el elegido.

Cuatro son los personajes principales: Dolmacé, Madame Saint-Ange, Eugine y “El caballero” y está escrita en forma teatral. Su argumento consiste en introducir a la joven Eugine (15 años) en el mundo de los placeres físicos, llamado en el libro “mundo del libertinaje”.

En este camino entre escena y escena de cama, se habla de homosexualidad, incesto, aborto, pederastia, secuestro, violación, prostitución, asesinato, prácticas sexuales, dios, los valores sociales, etc.

Personalmente me ha ayudado muchísimo leer el prólogo de esta edición, te pone en contexto sobre la época en la que se escribió y sobre el propio “Marques” y su obra. Sin él hubiera sido un poco complicado entender al completo el fin último de este libro e incluso terminar de leerlo.

Si piensas en leer este libro como lectura pornográfica o erótica, olvídalo. No hay despertar del deseo, ni incitación, solo una redacción sobre lo que va aconteciendo, sin literatura que lo rodee.

No es que sea un autor que se haga complicado de leer, escribe de una forma muy sencilla, para que su mensaje quede claro. Pero, en mi opinión, se hace demasiado repetitivo. Cuando lo acabé me dio la sensación de que, si lo hubiera dejado a la mitad, el mensaje político y social que quiere transmitir me hubiera quedado claro.

Habla de algunas barbaridades, así que, tenlo claro cuando lo leas porque con algunas cosas te quedarás con la boca abierta.

¿Qué es eso de la Vagina Dentada?

Dentro del mundo de los mitos, leyendas e historias de mujeres malvadas que vienen a este mundo a hacer el mal, hoy nos vamos a centrar en uno. El de la vagina dentada.

El término vagina dentada o dentata es bastante gráfico con lo que en realidad es, no se trata de ninguna metáfora. Se refiere a un personaje femenino con dientes en la vagina. La función de esta es básicamente cercenar o emascular el pene del hombre que intente o haya mantenido relaciones con ella. Esto dependerá de la versión a la que nos vayamos.

Sorprendentemente podemos encontrar estas historias a lo largo de toda la historia y en culturas muy distintas. Os traigo algunos ejemplos para ilustraros, pero seguro que si hacéis alguna búsqueda rápida encontráis alguna más.

En las historias Maories de Nueva Zelanda, se habla de que el dios del engaño Māui, (este nombre os sonará de la película de Disney “Vaiana”) pretende dar a los seres humanos la inmortalidad introduciéndose por la vagina de la diosa del submundo Hine-nui-te-pō y saliendo por su boca.

Esta se duerme, Māui se convierte en oruga y se introduce por su vagina. Los testigos allí presentes comienzan a reírse y la diosa se despierta matando a Māui con su vagina dentada condenando a los hombres a la mortalidad.

 Existen versiones de la historia que van mucho más allá, perpetuando la cultura de la violación. En este caso os expondré una historia de la India. Un brahmán (casta sacerdotal), convencido de que su futura esposa tiene una vagina dentada, contrata a unos hombres (por supuesto de castas inferiores) para que le arranquen los dientes ya os podéis imaginar cómo. Una vez realizada la brutal intervención la toma como esposa.

 Por contaros una historia un poco menos desagradable, nos vamos a Japón. Quizás hayáis visto en alguna noticia la existencia de un falo de metal al que las prostitutas rinden culto para que las proteja en su desempeño.

Este fue el artilugio que creo una mujer para quitarse los dientes que un demonio había guardado en su vagina. Esta es una de las pocas historias que no termina con una mujer violada por algún hombre para acabar con la dentadura.

Como estas hay miles de historias, en Sudáfrica, Chile, Rusia, Estados Unidos… Los objetivos de estas leyendas son, por ejemplo, inculcar a los hombres el miedo a mantener relaciones coitales con mujeres desconocidas o para ejercer el control de las relaciones por parte de la iglesia.

Una cosa está clara. Perpetúan la cultura falocéntrica en la que el pene es lo más preciado del hombre y este es capaz con su fortaleza de acabar con esa vagina dentada sometiendo a la mujer a su voluntad. Perpetuando también la visión negativa hacia la mujer y sus genitales.