Lo primero reseñable sobre esta serie, sin duda, es su protagonista, un chico con parálisis cerebral y gay.
En esencia trata sobre la propia aceptación del protagonista, no como chico gay, si no como persona con una discapacidad. Podemos ver, incluso los prejuicios de existen dentro de los propios colectivos de discapacidad.
Hace un recorrido sobre las limitaciones que el protagonista se pone, las que le pone la sociedad e incluso las que le pone su familia. Además explora los sentimientos que pueden experimentar las familias con personas con algún tipo de dificultad a su cargo, así como de la dependencia emocional.
Tiene personajes que están claramente estructurados para gustar y otros que lo están para detestarlos. Es una serie sobre una realidad, pero contada desde el punto de vista del humor y la desdramatización absoluta que estamos acostumbrados a ver en películas dedicadas a esta temática.
En cuanto a tema de sexualidad, orientación y pareja, es muy interesante, puesto que en pocas ocasiones nos plateamos como sociedad la vivencia como seres sexuados de las personas con discapacidad.
Podemos ver representadas diferentes discapacidades, diferentes tipos de relaciones de pareja, diferentes orientaciones sexuales, relaciones tóxicas (no solo románticamente hablando), parafilias, etc, y temas actuales como la influencia de las redes sociales en nuestras vidas.
La serie consta de 2 temporadas, en las que los capítulos duran máximo 30 minutos, así que resulta muy sencilla de ver y los títulos de sus capítulos son muy originales.
